Tras la quema del diablo sigue otra tradición esperada por muchos católicos: las posadas. Este año iniciarán el lunes 16, como siempre, nueve días previos a la celebración del Nacimientos de Jesús, la medianoche del 24 de diciembre.

Música, cánticos, el sonido de los tambores y deliciosas comidas y bebidas, acompañan al grupo de fieles que van de casa en casa suplicando “posada” para el Niño Jesús.

La tradición se remonta al Siglo XVI como un evento más de los españoles en su cruzada de evangelización de los pueblos originarios de América. Esta actividad ha sobrevivido al paso de los siglos y sigue celebrándose en casi todo el continente.

En Guatemala las posadas se realizan en fincas, caseríos, aldeas, barrios, municipios, ciudades y, en mucho casos, en instituciones y empresas. La distancia no es un impedimento, ya que en los grandes centros urbanos se traslada por medio de vehículos.

En las empresas la tradición es llevar a los santos de un departamento a otro. La costumbre es que el anfitrión abra las puertas de su residencia o lugar de trabajo y ofrezca una grata bienvenida, con música, cohetillos y comida.

Los chuchitos, tamales, panes con pollo, tostadas, ponche y chocolate, no faltan en estas celebraciones acompañadas por familias enteras, vecinos o compañeros de trabajo.