La bandera de Guatemala cumple 153 años

La bandera de Guatemala, tal como la conocemos hoy, cumple 153 años de vigencia. Durante la historia del país, desde la época colonial, se registran más de 11 cambios. Las modificaciones son de fondo y forma.

En algunos casos fueron los colores, posición de las franjas, escudos y tamaño de los elementos. Las modificaciones se hicieron en circunstancias de unión a las Provincias Unidas de Centroamérica y la República Federal de Centroamérica.

Después del nacimiento de la República de Guatemala, ya desligada del resto de naciones del Istmo. Durante 30 años, bajo el régimen conservador iniciado por el presidente Rafael Carrera, destacó el uso de colores similares a los de la bandera de España.

Pero el finalizar este periodo con la Revolución Liberal de 1871, también se marcó el establecimiento de la bandera tal como la conocemos en la actualidad, incluso con el Escudo Nacional, con pequeñas modificaciones. Estos cambios se atribuyen a Miguel García Granados. Por ello esta fecha es importante.

Significado de los colores

El gobierno de García Granados decretó el celeste y blanco y la forma como debían usarse (franjas verticales). El celeste representa a los mares y al cielo, además de justicia, lealtad y fortaleza, entre otros. Mientras que el blanco simboliza pureza, integridad, fe, paz y firmeza.

Los colores usados por el resto de naciones de Centroamérica no varía tanto, excepto las banderas de Costa Rica y Panamá, así como Belice.

Jura a la bandera

El saludo a la bandera fue escrito por el poeta originario de Quetzaltenango, Alberto Velásquez Günther. La jura como también se conoce y se aprende en la escuela primaria, fue aprobada durante el gobierno de Jorge Ubico en 1934.

Saludo a la bandera

Bandera nuestra,
a ti juramos
devoción perdurable,
lealtad perenne,
honor, sacrificio y esperanza
hasta la hora de nuestra muerte.

En nombre de la sangre y de la tierra,
juramos mantener tu excelsitud
sobre todas las cosas;
en los prósperos días,
y en los días adversos,
velar y aun morir,
porque ondees perpetuamente
sobre una patria digna.