La Comisión Europea publica un resumen del estudio sobre “Los riesgos potenciales para la salud humana de los diodos emisores de luz (LED)” del Comité Científico de Riesgos Sanitarios, Ambientales y Emergentes.

El tema tiene varios enfoques, pero nos centramos en lo referente al uso de la tecnología LED en el servicio de alumbrado público.

Se indica en primer lugar la tendencia a usar más luminarias de este tipo por su eficiencia energética. No se entra a cuestionar sobre los beneficios de los focos LED, sino en comentar acerca de que un mal estado de las lámparas lejos de ayudar afecta.

“El brillo de la iluminación debe adaptarse al uso previsto; no es necesario que las lámparas LED reproduzcan la luz diurna, sino que deben proporcionar una iluminación suave que aporte seguridad. De igual modo, es posible que las autopistas requieran una iluminación más brillante que las zonas residenciales”, indica el estudio que cita la Comisión Europea.

Las observaciones de la Comisión Europea

No hay ninguna duda de los beneficios del uso de tecnología LED, por ello la Comisión Europea solo insiste en establecer los niveles adecuados de luminosidad para no afectar a los conductores, sí es en carretera, o a la ciudadanía en los poblados.

Como se dice regularmente, la iluminación no debe “dejarnos ciegos” por su elevado nivel de luminosidad, sino solo servir de guía cuando manejamos, caminos o nos distraemos.

Nada iguala la luz natural, nada, pero la iluminación LED adecuada camina de la mano con el ambiente y permite eficiencia para destinar recursos a otros proyectos